Había una vez ... primavera

Nunca he confesado que me gusten los cuentos, pero así es. Soy un niño y tengo este defecto.

Los cuentos que me gustan son los que empiezan con una historia deshilachada que poco a poco se va tejiendo hasta que el resultado final es un amoroso y esponjoso desenlace que te arropa y te da ganas de correr, saltar y volver a merendar (mi madre dice que es la felicidad).

Cada día vives un cuento. Tu cuento. Te levantas con unas expectativas, que a lo largo del día se van transformando: tu madre te va frustrando (hoy no vamos al parque que no hay tiempo) , tu profesora te va enredando (hoy deberes del 4 al 9 y un examen para pasado mañana), tu entrenador te va exigiendo (vamos tú puedes más) ... y al acabar la jornada, un baño reconforta tu esfuerzo, la cena de tu madre te devuelve la energía, la lectura con tu padre te calma, y tu adorable colchón te consuela devolviéndote al sueño de que hoy ha sido un día excepcional y lleno de emoción.

Pués hoy me siento así, con ganas de correr, saltar y volver a desayunar (e invitarte, mira si estoy generoso). El motivo es que un buen día, la madeja de la vida se enredó en mi cuento y en el de mi madre y creamos un blog. Este blog que ahora lees se convirtió en cuentos por capítulos y hoy (al igual que hicimos en Navidades) salimos de nuestra colección para colaborar en el segundo tomo de la  Revista Blogirls correspondiente a la Primavera (con presentación hecha por mí y todo!).

Tengo la enorme fortuna de invitarte a esta nueva edición de una gran revista trimestral, realizada con mimo y cariño por un grupo de soñadoras creativas que un buen día se enredaron en la madeja de esta fábula.

Y aquí estoy yo! A boy between BLOGIRLS. Un divertido cuento para mi madre, y a mí no me pregunten, porque me siento como un príncipe entre tanta reina.