6 Castigos educativos para mejorar conductas


Los castigos no son el instrumento más eficaz para la educación, aunque a veces sean necesarios e inevitables. Pero son mucho más válidos si se orientan hacia el aprendizaje de las consecuencias. ¿Conoces alguno de estos métodos de castigo educativo? ¿Cuáles aplicas? ¿Te funcionan?

Castigos educativos



-"¿Qué es la educación, mamá? ¿Cuánto se tarda en aprenderla? ¿Cuando cumpla 18 ya me la sabré?"

Tengo casi 12 años, y aprender TODA la educación me está costando años!

Dice mi madre que la educación no es aprender recetas o matemáticas, sino aprender un estilo de vida donde el respecto, el diálogo, la convivencia, la motivación, la paciencia, las habilidades sociales, los valores ... estén en consonancia con mis actos.

Y mientras tanto, ahí están los castigos refuerzos para indicarme cuándo me equivoco y corregirme.


¿QUÉ ES UN CASTIGO?

Estoy seguro de que tú, como madre, sabes perfectamente lo que es un castigo. Me atrevo a afirmar que los aplicas demasiado. No disimules. Pienso preguntarle a tus hijos.

Un castigo es cuando existe una norma que uno no cumple y ¡zasca! te aplican una sanción.

Pero no pienses que sólo los niños recibimos castigos a nuestras conductas erróneas. No. Reflexiona. ¿Cuándo ha sido la última vez que te ha parado Tráfico - y te ha castigado-? ¿O tu jefe? Venga va ... confiesa.


DIFERENCIAS ENTRE CASTIGO Y CASTIGO EDUCATIVO

Los libros que lee mi madre dicen que los castigos puestos de forma espontánea, sin previo aviso, con algún grito o cachete no tienen ningua orientación educativa y deberían eliminarse. Pero, ¿a quien no le ha caído algún grito espontáneo aunque tengas 30 años?

Esos castigos no enseñan ni mejoran la conducta de quién los recibe (piensa en tu jefe chillándote por una equivocación) sino que crean personas sumisas, cohibidas y reprimidas generalmente o, todo lo contrario, personas muy rebeldes.

En los niños además, nos produce una inseguridad afectiva y nos hace recurrir a engaños y mentiras para evitarlos.

El castigo educativo, por contra, busca orientar los actos hacia lo correcto, acompañados de un proceso de cariño y de aceptación. Permite aprender de las consecuencias de los actos y a conocer la responsabilidad.

Es imprescindible que los padres (o tu jefe) aborde las situaciones desde el autocontrol emocional y una firmeza serena (no hecho un Gremlyn). Para ello puedes, antes de nada:

1.Respirar profundamente varias veces.
2.Contar hasta 5 -para darle tiempo a tu cerebro a actuar de forma más reflexiva y no instintiva-.
3.Actúar de forma asertiva, sin humillar ni agredir verbal o físicamente, transmitiendo seguridad.
4.Encuentrar una solución constructiva conmigo.


  6 CASTIGOS EDUCATIVOS

Retirada de atención.
Esta técnica de ignorar determinadas conductas no peligrosas, a mí no me gusta nada. Yo soy el protagonista de la fechoría y quiero audiencia!. Pero si tú me retiras el contacto visual, verbal, físico y cualquier gesto ya no me interesa seguir actuando, para qué?
Esto lo usan mucho mis padres cuando hablo sin turno de palabra. A tí te pasa?

Sistema de puntos.
Es muy efectivo, me encantaba cuando era pequeño porque reforzaba o modificaba mi conducta a medio y largo plazo. Evaluando cada semana mis progresos podía obtener una recompensa en cuanto alcanzaba el objetivo! Era estupendo. Usábamos gomets y una cartulina con dibujos haciendo caminos sobre los objetivos. Poco a poco la acción adecuada se volvió hábito y el objetivo cumplido. Pero tranquila, otra nueva conducta aparecerá para corregir

Retirada de privilegios.
Esta es a la que más habituado estoy. ¿Recuerdas cuando me comía las uñas y a lo que tuve que renunciar? ¡aquí lo tienes!. Es un castigo educativo de efecto inmediato y fácil de aplicar. Mi aprendizaje es la reflexión entre elegir un tipo de conducta u otro, enseñándome a pensar sobre los efectos y sus causas. No me preguntes.

Asunción de consecuencias

Si llevo los deberes del colegio sin hacer, tendré que asumir mi responsabilidad ante la profesora. Son ese tipo de castigos que derivan de conversaciones reflexivas para corregir mi acción inadecuada. Tan sólo hay que tener en cuenta tres cosas: que la consecuencia sea equilibrada, constante y coherente.

Reparación de daños
Si me prestas el móvil y se me cae rompiéndose la pantalla, es posible que te enojes, pero aceptarás mis disculpas si mi mente creativa te ofrece de inmediato un trato que te beneficie: ¿un lavado de coche? ¿una limpieza de cristales? ¿una sesión de spa con masaje incluido? Tratando siempre, si es posible, ofrecer contrapartidas creativas para reparar el daño o reponer los bienes rotos.


Refuerzo positivo
Los niños queremos saber que progresamos y que nuestro esfuerzo se valora (igual que lo agradeces de tu jefe, confiesa) y por ello la alabanza oportuna, verbal y sincera afianza las buenas acciones. Quizás una nota especial, o un post-it como te mostraba aquí . Pero el mejor premio para mí eres tú, tu atención, y tu tiempo. No lo olvides.>




Comentarios

  1. Pues sí, tienes toda la razón Hugo. Lástima que luego, inmersos en la vorágine del día a día, sucumbamos al enfado y los gritos y, muchas de las veces, lo que queramos convertir en un castigo educativo, termine siendo un castigo sin más cuyas consecuencias son nefastas. Tendremos que hacer, como dices, y respirar profundamente y contar hasta 100 si es necesario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, porque una cosa es la teoría y otra la práctica. Pero si somos conscientes, poco a poco aprenderemos a contar hasta 100 y ese será el primer paso para un castigo educativo adecuado, no crees?

      Eliminar
  2. Tienes toda la razón, a mí me gusta especialmente el refuerzo positivo.
    Besos y feliz martes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo bueno es que todas pueden complementarse en función de la edad y del momento.
      Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo y feliz semana!

      Eliminar
  3. Qué bonito y qué cierto. Yo tengo que poner en práctica el sistema de puntos y el de reparación de daños que no uso y no había caído en ellos. El último y el primero son los que más uso, je, je, soy una madre que consiente demasiado, pero ya me estoy poniendo dura, dura, ja, ja

    Un Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, no te pongas dura Xènia si tu hijo no lo ha necesitado hasta ahora es que hay poco que corregir. Pero si en algún momento los necesitas, ya sabes dónde topar un asesor práctico ;)
      Un abrazo!

      Eliminar
  4. Yo particularmente creo que los he usado todos, menos la retirada de atención, aunque lo que más me gusta es el refuerzo positivo, es lo que mejor me funciona, aunque claro está siempre depende mucho del caracter del niño!! Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pués tienes razón, dependiendo del niño uno será más efectivo que otro. Aún así, mejor tener recursos a mano para ir alternando los refuerzos.
      Un abrazo!

      Eliminar
  5. Uf, los castigos... En teoría soy más partidaria de consecuencias, que de castigos, pero en la práctica me pasan dos cosas; una, que soy un poco blanda y otra, que, como a la mayoría, a veces me enfado y les castigo sin pensar si es educativo (y generalmente no lo es, que es lo que pasa cuando se castiga así). Entre los educativos, me gusta el refuerzo positivo, la asunción de consecuencias y la retirada de privilegios. Lo que más me cuesta es mantener el castigo, pero me obligo a hacerlo, por mucha pena que me den.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ese "pronto" también lo conozco yo y me cuido de reprimirlo con esas técnicas, aunque confieso que a veces me puede.
      Lamentablemente si nos volvemos blandas y levantamos el castigo, no les estamos ayudando. Yo también me obligo a ser firme porque me da pena unas veces, y otras porque me olvido :S
      Un abrazo Marian

      Eliminar
  6. Totalmente de acuerdo en los 6 castigos. Un beso

    ResponderEliminar
  7. Ufff....Que bueno, aunque confieso que me cuesta horrores no gritar, jejeje... Respiraré hondo y contaré hasta 100... A ver si consigo poner en práctica algunos de estos puntos. Gracias por los consejos!! Son geniales, como siempre.
    Besitos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A todas las madres nos cuesta, pero tomar conciencia es el primer paso de un cambio. Lo habías pensado? Vamos a intentarlo hasta que se convierta en un hábito Sonia. Un abrazo!

      Eliminar
  8. Qué suerte tienen de tener una profesora tan asertiva!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  9. Me gusta mucho la lista de castigos educativos que propones, sobre todo el sistema de puntos y la asunción de consecuencias. Al final este tipo de castigos son constructivos y hacen que los niños puedan entender mejor el por qué del castigo y sus consecuencias :) Hugo ya los ha probado todos?? Jaja! Un abrazo a los dos! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menos la reparación de daños (afortunadamente) el resto los ha probado todos. De hecho esta semana hemos vuelto con uno de puntos para mejorar la conducta con los abuelos, que son ancianos y no hay que juzgar sus comportamientos, sino respetar.
      Ya te contaremos los avances y si conseguimos corregir pronto la actitud.
      Un abrazo!

      Eliminar
  10. Nosotros tratamos de evitar el castigo aunque nos cuesta porque de toda la vida es lo que hemos visto hacer, pero trae sus frutos. Aunque hablando de castigos, evidentemente, el castigo educativo es mucho mejor.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, aunque a veces cueste reprimir el grito espontáneo que a mí, sin meditar, me sale.
      Un abrazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares