Participo en una revista, aún siendo un niño

Cuando a mi madre se la deja sola es peor que un niño. Tiene ideas. Y aunque no es malo, sí peligroso. Es mejor tenerla entretenida con cosas habituales porque en cuanto tiene tiempo libre se pone a pensar, a crear … y todos a su alrededor temblamos.

Se da la circunstancia de que en un día de esos se levantó inspirada y se apuntó a un curso para crear un blog –lo que me faltaba, una madre bloguera!-, y aquí me tienen sufriendo públicamente mi infancia ¿feliz? Pués no sé qué les diga.

Como si no fuera suficiente, mi madre entró a formar parte de una comunidad de mujeres que hicieron el mismo curso (Blogirls2.0), y compartiendo mentes inquietas e ideas dispersas (que ella llama creativas) llegaron a crear lo que hoy es objeto de esta entrada. Una bomba. Una explosión excepcional: UNA REVISTA

Tengo el honor de presentarles la revista La Natividad. Treinta propuestas para disfrutar, utilizar, copiar, leer, reír y preparar en Navidad. Y una entrevista a la profe, para que les suba la nota.

La Navidad ya no será igual a partir de ahora en ninguna casa, ni en la mía ni en la de ustedes, porque estas mujeres dejaran huella.

Desde este momento queda oficialmente inaugurada La Navidad y yo les deseo que sean muy felices, disfruten de la familia y se hagan a la idea de que Santa estará muy ocupado en mi casa como para dejarles a ustedes algún regalo. 

Y cuidado, amigos, que estas mujeres amenazan con volver.