Perderse
Cuando eres un niño, como yo, y vives la infancia de forma feliz perderte no es malo.
Sí, sí, como lo lees. Ya sé que los adultos teneis una aprensión al verbo "perder" tan grande como vuestra existencia. Pero para nosotros ese miedo no existe.
- Niño, ¿estás sólo? ¿te has perdido? -me preguntó una vez un señor uniformado de unos grandes almacenes
- No, estoy mirando juguetes
- ¿Y dónde están tus padres?
- Eso pregúnselo a ellos, que son los que se han perdido!
Una vez, perdí un objeto muy importante para mí. Yo diría incluso que vital. Mi osito Iki.
Lo buscamos en casa durante horas, incluso en la basura (¿porqué querría esconderse allí?, me preguntaba yo mientras la revolvía). No aparecía. Lo busqué en casa de mis abuelos, en el coche ... pero Iki había decidido independizarse, sin mi permiso. Era la primera vez y me sentía triste.
Mi madre decidió, entonces, que había llegado el momento de confesarme algo. Un secreto familiar. Un poderoso hechizo que hace que los objetos perdidos vuelvan a aparecer. ¡Asombroso! Yo no podía creer que pudiera existir una magia con tal poder, pero, ¿quién soy yo para desconfiar de los poderes de mi madre cuando es capaz de conocer todos mis secretos (aquí)?
- Mira Hugo, para que aparezca Iki, vamos a invocar a San Cucufato. Tomaremos un pañuelo de tela y mientras le haces un nudo en una de las esquinas, repites conmigo "San Cucufato, San Cucufato, los cojo_es te ato. Y hasta que no aparezca Iki, no te los desato"
Yo no sé lo que pensaría el santo, pero en mi interior una explosión de ridícula risa se apoderó de mí. Vaya palabrota que le estábamos contando a ¡un santo!. Pero no acababa ahí el ritual. Todos los días, por la mañana y por la noche -como si estuvíeramos hablado de cepillarse los dientes- tenía que invocarlo y decirle la graciosa frase.
Y lo peor sucedió.
El hechicho funcionó.
Iki apareció al segundo día dentro de un armario.
Así que ya sabes, si alguna pierdes algo importante como una libreta, una joya o un hijo, San Cucufato estará "encantado" (aunque yo diría más bien "asustado") de ayudarte a que todo vuelva a ser como era antes. Y cuando digo todo me refiero a "todo". Tú ya me entiendes, verdad?
Sí, sí, como lo lees. Ya sé que los adultos teneis una aprensión al verbo "perder" tan grande como vuestra existencia. Pero para nosotros ese miedo no existe.
- Niño, ¿estás sólo? ¿te has perdido? -me preguntó una vez un señor uniformado de unos grandes almacenes
- No, estoy mirando juguetes
- ¿Y dónde están tus padres?
- Eso pregúnselo a ellos, que son los que se han perdido!
Una vez, perdí un objeto muy importante para mí. Yo diría incluso que vital. Mi osito Iki.
Lo buscamos en casa durante horas, incluso en la basura (¿porqué querría esconderse allí?, me preguntaba yo mientras la revolvía). No aparecía. Lo busqué en casa de mis abuelos, en el coche ... pero Iki había decidido independizarse, sin mi permiso. Era la primera vez y me sentía triste.
Mi madre decidió, entonces, que había llegado el momento de confesarme algo. Un secreto familiar. Un poderoso hechizo que hace que los objetos perdidos vuelvan a aparecer. ¡Asombroso! Yo no podía creer que pudiera existir una magia con tal poder, pero, ¿quién soy yo para desconfiar de los poderes de mi madre cuando es capaz de conocer todos mis secretos (aquí)?
- Mira Hugo, para que aparezca Iki, vamos a invocar a San Cucufato. Tomaremos un pañuelo de tela y mientras le haces un nudo en una de las esquinas, repites conmigo "San Cucufato, San Cucufato, los cojo_es te ato. Y hasta que no aparezca Iki, no te los desato"
Yo no sé lo que pensaría el santo, pero en mi interior una explosión de ridícula risa se apoderó de mí. Vaya palabrota que le estábamos contando a ¡un santo!. Pero no acababa ahí el ritual. Todos los días, por la mañana y por la noche -como si estuvíeramos hablado de cepillarse los dientes- tenía que invocarlo y decirle la graciosa frase.
Y lo peor sucedió.
El hechicho funcionó.
Iki regreseando a casa |
Iki apareció al segundo día dentro de un armario.
Así que ya sabes, si alguna pierdes algo importante como una libreta, una joya o un hijo, San Cucufato estará "encantado" (aunque yo diría más bien "asustado") de ayudarte a que todo vuelva a ser como era antes. Y cuando digo todo me refiero a "todo". Tú ya me entiendes, verdad?
Jajajaja! Me reí mucho con esta entrada! Gracias por compartir ese poderoso hechizo para encontrar cosas, a mi me va a servir mucho porque día por medio se me pierde algo! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Kathrin, estaré encantado de saber que también te ha funcionado, pero antes asegúrate de apretar bien el pañuelo. Un abrazo grande y bienvenida a Barcelona!
Eliminar¡Me ha encantado Hugo! voy a ver si lo pongo en práctica porque soy de las que me transformo cuando pierdo algo, no hay nada que me saque más de mis casillas que no encontrar algo cuando lo estoy buscando por muy tontería que sea. Oye, y me ha encantado eso de que los padres sean los que se pierda, ¡qué razón tienes! ¿por qué han de ser siempre los niños los que se pierden?
ResponderEliminarEso digo yo ... porqué me preguntará a mí el señor del hipermercado? si yo estoy tan feliz en la sección de juguetes, ¿tendrá ganas de que me vaya de allí para hacerse cargo de todo el stand para su hijo? Me da qué pensar ....
EliminarEspero que te sirva el conjuro, y cuando lo pongas en marcha, aprieta bien a Cucufato. Ahí está el secreto.
Jajaja, que buen...aixxx si es que yo con Hugo tengo muchas cosas en común, mi tía me enseño una que dice. "santa gilita, santa gilita que aparezca esta cosita" eso si pensando en lo que se había perdido... y mira por donde siempre aparecía, ¡Si es que la magia existe! un beso, y gracias...
ResponderEliminarSanta Gilita .... uhmmm podríamos hacer una pareja de santos adivinadores.
EliminarGracias por estar ahí Diona y por tus aportaciones que siempre complementan mis entradas.
Un beso.
Jajajaja Hugo, la magia es lo que tiene! voy a ponerlo en práctica porqué a mí me pasa como a Verónica, que como pierda algo no puedo dejar de buscarlo hasta encontrarlo. Yo, a veces, confieso que me pierdo en casa para que no me encuentren, especialmente a la hora de hacer la cena cuando estoy muy cansada... pero me da a mí que no me pierdo lo suficiente porqué siempre me acaban encontrando... :/
ResponderEliminarBesos para los dos :-*
Y te has parado a pensar, Dolors, porqué te encuentran siempre?
EliminarSeguro que tus hijos tienen un San Cucufato escondido!!! jajajajaja.
Un abrazo grande!!
Jajajaj tremendo! Ese hechizo también lo he usado yo, pero tengo que reconocer que no con tanta suerte como tu. Un besazo!
ResponderEliminarSi? Pués quizás no has apretado con suficiente ahínco. O bien, que no le has rezado mañana y noche ... Yo no desistiría porque en el empeño está el éxito (o eso dice mi madre).
EliminarUn abrazo grande Jèssica.
Me alegro que san cucufato te devolviera a Iki sano y salvo! Jajajaja
ResponderEliminarSí, porque después de 24 horas ya podía denunciar su desaparición en comisaría, verdad?
EliminarUn abrazo Cristina.
Si es que tu madre es una poderosa maga, Hugo jeje
ResponderEliminarYo creo que son supersiticiones ancestrales que se transmiten a través de las generaciones de la familia, pero si funcionan hay que usarlas, y yo aquí las comparto contigo.
EliminarGracias por pasarte. Un besazo
jajajaja... pobre San Cucufato, si se lo piden así de bonito, no le queda otra jajajaja...
ResponderEliminarJajajja "así de bonito" me encanta!!
EliminarMe alegro que te haya divertido y también quiero que lo uses si alguna vez se te pierde algo y que me hagas saber si te ha funcionado, vale? A ver si tengo que ajustarle yo también las "-" a Cucufato.
Yo una vez me perdí en la playa con mi primo y mis padres lo recuerdan exactamente como lo cuentas, yo y mi primo tranquilisimos y ellos al borde de un ataque al corazón.
ResponderEliminarComo dice Hugo los que se habían perdido eran ellos, vosotros que sabíais perfectamente donde estábais, verdad? Jajajaja. Ahora como madre te haces a la idea del pánico que entra.
EliminarUn beso
Bueno bueno l q aprendo yo con este Hugo. Eres grande !!!!!
ResponderEliminarBueno bueno l q aprendo yo con este Hugo. Eres grande !!!!!
ResponderEliminarBueno bueno l q aprendo yo con este Hugo. Eres grande !!!!!
ResponderEliminarGracias Sonia, tú si que eres grande, que te multiplicas!!! jajajaja.
EliminarUn beso grande
La magia de San Cucufato no tiene fin, ahora los co.....nes los debe tener que pa que, pobre, con lo santo que es el....jajajaja Ahora ya sabes ponle a Iki un buscador de esos que se ponen en las llaves, si no sabes lo que te digo pregúntale a mamá que seguro que conoce ese aparatito jajajaja
ResponderEliminarUn abrazo Hugo.
Ahí debe estar su secreto, en que cuando se los apretas ya el pobre debe volverse loco buscando tu objeto perdido.
EliminarVoy a preguntar por el invento. Gracias por la sugerencia y por pasarte por aquí.
Muack!
Ostras si llego a saber antes lo de san Cucufato!! Cuando mi hija mediana tenía 6 años llevaba su guepardo de peluche (Tara) detrás de la bici. Tara era de esos peluches inseparables y estaba un poco viejita y todo. Cayo al suelo y cuando nos dimos cuenta volvimos hacia atrás. Un matrimonio que nos vio buscando nos dijo que la había cogido una señora y la dirección que había tomado. Pero imaginate!! En una mano una niña llorosa y en otra la bici rosa, aunque seguimos el camino jamás encontramos a la señora ni a Tara. Y digo yo ¿Para que se levan elpeluche viejo el disgusto que tuvo mi hija fue impresionante!! Besos
ResponderEliminarEso digo yo!. Cuando en la calle se encuentra uno algo hay que dejarlo en lugar visible porque lo más normal es que la persona vuelva sobre sus pasos para buscarlo.
EliminarSeguramente, quiero pensar, que Tara se haría pis encima del susto y la señora se la llevaría a casa para asearla. Quién sabe?
Sabes Hugo, a mi tambien me gustaria perderme jajajaja. Feliz semana!!!!
ResponderEliminarA veces viene bien, pero no te dejan ¿porqué será?
EliminarFeliz semana para tí también.
Jajajaj, es que San Cucufato es el mejor en esto de encontrar cosas, me lo has recordado proque lo tenía olvidado.
ResponderEliminarY yo a veces también quiero perderme.
Un beso.
Me encanta que Cucufato haya regresado a tu vida para hacértela más fácil. Espero que no pierdas un hijo para ponerlo a funcionar, eh?
EliminarUn abrazo grande
Pensaba que era San Antonio....!!!!jaaa!!! Me alegro mucho que apareciera Hugo.
ResponderEliminarQuizás ahí sea Antonio, pero por estos lares es Cucufato (ya el nombrecito se las trae). El caso es que funciones!! Gracias y un abrazo grande
Eliminarayyy Hugo echaba de menos leerte!!! Había oido hablar de San Cucufato pero no sabía como iba eso... yo si que ando perdida que me han dado trabajo en Jerez(Cadiz) a 500km de casa y no tengo tiempo de nada.... muchos besicos para tu mami y para ti.
ResponderEliminarAy Paqui que es verdad, espero que tus niños te estén dando buena vida!!! Sino ya me dices y me acerco a darles una charla de tú a tú.
EliminarUn beso grande para tí y cuídate mucho, que estás muy lejos de casa. Seguro que te echan de menos a cada minuto.
Jajaja! Hugo, eres el mejor. Gracias por compartir el secreto para recuperar cosas perdidas. Lo pondré en práctica en cuanto se me pierda algo. Un beso a los 3!
ResponderEliminar¿Tú crees que San Cucufato el de los coj... Me concedería el perderme en Santorini o San Martin(no soy exigente) en una piscina infinity?.
ResponderEliminar¡Ya te voté para que llegues lejos en los premios Bitácora!...