Desventajas de ser pequeños y bajitos
Los niños pequeños somos unos bajitos incomprendidos.
Poseemos un nivel de volumen de voz alborotador poco tolerado por los adultos -sobretodo los que no son padres-, y además, tendemos a tener una estatura por debajo de lo que se considera normal y, por lo tanto, nos cuesta ser "perceptibles" a un montón de situaciones.
Ser bajitos viene con un saco de desventajas que muchas veces cuesta de cargar. Así que para hacer feliz a tu chiquitín, ten en cuenta que hace tiempo también fuiste niño y sufriste estas mismas incomodidades. Acuérdate de esto la próxima vez que oigas a tu chiquitín llamándote ensordecedoramente antes de resoplar y decir "y qué querrá ahora?"
Mis principales desventajas de ser pequeño y bajito son:
* Cada vez que te sientas, sea el lugar que sea -sofá, taburete o trono- tus pies pierden su función, dejan de ser autónomos, se convierten en tu contrapeso y se quedan siempre colgando.
¿Has vivido esta situación alguna vez? seguro que sí, pero no la recuerdas. Lo peor de ella sucede cuando una vez instalado en ese asiento, a pesar de las mil maniobras para llegar hasta ahí, te das cuenta de que tus manos no alcanzan ninguno de tus imprescindibles: el mando de la tele, el vaso de agua o el papel higiénico. ¿Para qué demonios te habías sentado allí?
* Las puertas automáticas no se abren a tu paso.
Ya sabemos que siempre hay que ir acompañado de un adulto, pero cuando te quedas rezagado viendo el último invento tecnológico de tu tienda favorita y tus padres, sin tu permiso, han abandonado el comercio ... tú te quedas ahí, pegado al cristal de la puerta, con cara de "ehhh, que estoy aquí encerrado!" y mirando a tu alrededor para saber cómo salir de esta jaula acristalada. ¿De verdad son puertas inteligentes? Déjame que lo dude.
* Visión panorámica equivocada.
Y no me refiero, tan sólo, a cuando llegas a un lugar que, sorprendentemente está lleno de gente adulta, y tu estatura tan sólo te permite visualizar partes corporales y absorber por tus fosas nasales ciertos aromas que son mejor olvidar.
Me refiero, también, a cuando viajas en coche y te sientas atrás mientras tus nalgas son engullidas por los asientos, para que tu vista no alcance más que el cielo de la ventanilla. ¿Quién hace el control de calidad de las sillas de paseo y de automóvil? Ah, si! Un adulto de metro setenta, claro!
* No sales en las fotos.
A excepción de que me cojas en brazos o te agaches a mi lado, parece que nunca he asistido a ese viaje, a esa comida o a esa reunión familiar. Y sí, ya sé que si te agachas, desde esta perspectiva los paisajes no son ideales -qué me vas a contar- pero deberías recordar que lo más importante en estos instantes soy yo. Si no estás de acuerdo, deberás revisar tu lista de prioridades vitales. No crees?
Y tú? Tienes alguna desventaja de ser pequeño y bajito que quieras añadir? Estoy seguro de que se me escapa alguna.
Pues es verdad todas esas desventajas tiene de ser pequeño. Aun recuerdo la diferencia de percepción de las cosas entre un adulto y un niño que me paso. Supongo que cuando dejé de ir a mi pediatra debía tener todavía poca estatura. Al cabo de muchos años regresé a la consulta con una pequeñina en brazos. La consulta estaba exactamente igual que la recordaba: cada lámpara, cada figura, la mesa... Exacto que en mi recuerdo. Sin embargo me impacto muchísimo el tamaño de todo...En mi recuerdo era mucho más grande..Es curioso como cambia la percepción de un niño a un adulto!! Besos
ResponderEliminarSí, efectivamente. Eso también le pasa a mi madre y empieza a pasarme a mí. Cuando ha transcurrido bastante tiempo y regreso a los sitios, me parecen más pequeños. Pero he de confesar que me encanta oiros decir que es gracias a que crezco. Qué ganas tengo de ser mayor!
EliminarBesos
Jajajajaja, x suerte es un estado transitorio y crecéis súper rápido, pero es verdad que muchas veces no nos damos cuenta de que algunas cosas las tenéis complicadas. Romamos nota ;)
ResponderEliminarTomad nota porque hay mucho progenitor despistado. Una situación que me incomoda, y mucho, son las modas de esas mesas altas en los bares y cafeterías ... es imposible subirse, y ya no te digo bajarse!!
EliminarCuánta razón!!!!! Yo lo pensaba muchas veces cuando iba con mis hijos a ver algo, una exposición, patos al parque o lo que fuese, me agachaba para estar con ellos y no veía,jejeje. Besos y felizz semana.
ResponderEliminarEsa es la actitud Marigem, agacharse y ponerse en nuestro lugar. La de cosas que irían mejor si todos tuviéramos la misma perspectiva.
EliminarFeliz semana y abrazos para vosotros.
Lo de las puertas automáticas ya me suena! jajaaja. Tengo que decirte que siendo adulta más de una vez me ha pasado y no porque el volumen sea poco... :-)
ResponderEliminarBesos!!
Vaya, entonces no soy yo el único al que le pasa que se queda con cara de bobo ... al menos me consuelo pensando que no he llegado a tropezar con los morros en el cristal, jajaja.
EliminarBesos!!
Ahhhh no, estoy de acuerdo en todo salvo en lo de no salir en las fotos. Pero si, desde que viene un bebé nuevo a la familia hasta que empieza la adolescencia (que es cuando empiezan a perder fotogenia, digamoslo así) parece que somos los padres los que no hemos estado de vacaciones. Es más, los abuelos recuperan su afición foto periodística que habían dejado aparcada cuando sus hijos se fueron haciendo grandes.
ResponderEliminarDebe ser en según qué familias, o dependiendo del número de hijos Verónica porque una vez superados los 18 meses de bebé, te aseguro que te haces notar o no sales en más fotos mientras no alcances el metro de estatura, jajajaja.
EliminarUn besazo!
Yo como soy bajita entiendo todo lo que cuentas, ja,ja,ja. Lo de salir en las fotos, siendo un niño de este siglo me cuesta creerlo, voy a tener que hablar yo muy seriamente con tu madre, eh?
ResponderEliminarOye un día podías salir con cámara y hacer fotitos de tu visión del mundo, el mundo desde tu altura.
A mi madre le pasa igual, sobretodo lo de sentarse y que le cuelguen los pies. Así que en el fondo ella me entiende. Pero me apunto esa idea de la cámara ... aunque no sé si cuajará porque cuando le robo a mi padre el móvil ni a mí me gusta lo que fotografío :(
EliminarUn abrazo grande y gracias por visitarnos. Nos encanta ver gente nueva. Un besazo!
JJAJAjajajaja. Qué bueno. Pues mira, ahora te voy a entender mejor y tendré mucho cuidadito. Pobrecillos.
ResponderEliminarPero no te preocupes , no te va a durar toda la vida, por desgracia, porque aunque no te lo creas, tenéis más ventajas que nosotros.
Besos, guapetón.
Así me gusta, que alguien tenga piedad de nosotros :(
EliminarY eso de que no me va a durar siempre, me lo dice mi padre, pero me está tardando demasiado. Seguro que cuando cumpla 11 llegará ese día. Seguro!
Un abrazo
Hola. totalmente de acuerdo con tu reflexión... ser bajito es muy duro pero nos queda el conseulo que aún podemos dar el estirón... Añado a tu lista el horror de tener que seguir usando la silla-alza del coche y no poder ir delante, de copiloto... seguimos en contacto
ResponderEliminarEso, eso, el estirón!! Ojalá llegue pronto.
EliminarGracias por tu aportación Marta, y encantado de que te hayas puesto en mi lugar por un rato.
Un abrazo!
Quiero darte la enhorabuena por este blog. Me parece una idea fantástica porque pocas veces tenemos la visión de los niños y niñas del mundo.
ResponderEliminarAdemás, creo que será un buen lugar para recordar cómo era ser niño cuando crezcas.
Un beso para ti y tu familia.
Gracias por tu tiempo Carolina, nos encanta ver gente nueva aquí, considera ésta tu casa. Seguro que estas aventuras de hoy infantiles mías son también las tuyas en un pasado reciente, porque eres una chiquilla eh?
EliminarUn abrazo grande también para tí y tu hija.
Jajaja, pues mira que a mi me gusta sentarme en sitios altos para que me cuelguen los pies, rara que es una oye. eso sí, lo de que no se te abran las puertas debe ser una buena faena! jajaja. Un beso!!
ResponderEliminarYa te digo ... alguna vez he chocado contra el crista y la mayor parte de las veces tengo que correr para salir detras de un adulto y evitar así quedarme encerrado. Ya ves! Pero es cuestión de tiempo que estos problemas se arreglen. Seguro que entonces lo echo de menos, jajaja.
EliminarAy, Hugo, cómo me gusta siempre tu perspectiva. Nos ofreces siempre otra forma de ver las cosas y enseñarnos a los adultos a entenderos un poco mejor. Besos!
ResponderEliminarGracias Marian y a mí me gusta verte por aquí con tus apuntes. Estoy seguro de que aplicas a la vida está otra perspectiva con mayor facilidad. Me equivoco?
EliminarTienes toda la razòn porque mi pequeño se queja de lo mismo. Con razòn tiene un olfato aguzadisimo y cata los olores primero que todos , y se queja de que las puertas automaticas no se abren. Ah!! Le pasa que las sillas tipicas de oficina tampoco le pillan y por tanto no bajan cuando le da a la palanca de bajar por su poco peso.
ResponderEliminarYa crecereis!! Que yo preferiría que no, que se quedara así pa' siempre..
Lo de los taburetes le pasa a mi madre, Seoane y ya pasa de los treinta y diez. Pero eso de las sillas de oficina, no lo había pensado sino bien que lo hubiera probado para dar fe de ello.
EliminarPro de no crecer no hablamos eh? Que yo quiero ser, por lo menos, de metro ochenta!!!
EliminarSeguro que en dos días seras súper alto y tendrás otras desventajas como tener que agacharte para pasar por algunos sitios jajaja lo de la.puerta automática se soluciona dando saltos ;) jejeje un abrazo
ResponderEliminarEso me dice mi madre, y yo así lo deseo. Pero mientras tanto tengo que probar eso de los saltos. Qué buena idea!!!
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